"Por una obra literaria que ha influido en tres generaciones de todo el mundo, a través de la creación de un imaginario sentimental en el que la poesía y la música se funden en un valor inalterable. El paso del tiempo, las relaciones amorosas, la tradición mística de Oriente y Occidente y la vida contada como una balada interminable configuran una obra identificada con unos momentos de cambio decisivo a finales del siglo XX y principios del XXI."
Sin duda, es uno de los artistas más relevantes dentro del mundo musical, 20 discos y 43 años cantando con su característica voz ronca lo sitúan entre los grandes referentes artísticos, un bardo moderno capaz de abrir nuevos caminos con un estilo decidido y firme. Para siempre quedarán canciones suyas como "Suzanne," "Chelsea hotel" o la muy contundente "First we take Manhattan."
Además de su magnífica carrera discográfica ha publicado algunos libros de poesía, y una novela experimental, "Hermosos perdedores", que mereció alguna crítica positiva.
Nadie, por tanto, niega el talento de este singular artista, que merece toda nuestra admiración. Sin embargo, quizá sorprenda su elección conociendo el nombre de los otros dos finalistas: Alice Munro e Ian McEwan. ¿Es menos digna la letra de una canción que un cuento (Munro) o una novela (McEwan)? Claramente, no, pero tal vez sea una pena no usar este tipo de reconocimiento para incentivar la lectura de autores no suficientemente conocidos que posean sólidas trayectorias.
La canadiense Munro es una escritura elegante, capaz de poner el foco en gente corriente y situaciones cotidianas y construir con su verbo preciso una poderosa urdimbre, creando un delicado microcosmos que atesora un abanico inmenso de emociones, apenas insinuado. Su último libro publicado en España es su esplendida "Demasiada felicidad," una colección de diez relatos en que se asoma a la complejidad humana, retratando a mujeres fuertes.
Por su parte, el inglés McEwan es un escritor más de fuste, habilidosísimo en el uso de la ironía, azote de mojigatos, capaz de utilizar estructuras complejas y que luzcan con toda simplicidad. Todo su talento puede apreciarse comparando sus dos últimas novelas, la demoledora "Chesil Beach," llena de malentendidos y geografías asimétricas, y la divertidísima "Solar," una decidida apuesta por el humor británico más ácido y sarcástico.
Sin duda, es uno de los artistas más relevantes dentro del mundo musical, 20 discos y 43 años cantando con su característica voz ronca lo sitúan entre los grandes referentes artísticos, un bardo moderno capaz de abrir nuevos caminos con un estilo decidido y firme. Para siempre quedarán canciones suyas como "Suzanne," "Chelsea hotel" o la muy contundente "First we take Manhattan."
Además de su magnífica carrera discográfica ha publicado algunos libros de poesía, y una novela experimental, "Hermosos perdedores", que mereció alguna crítica positiva.
Nadie, por tanto, niega el talento de este singular artista, que merece toda nuestra admiración. Sin embargo, quizá sorprenda su elección conociendo el nombre de los otros dos finalistas: Alice Munro e Ian McEwan. ¿Es menos digna la letra de una canción que un cuento (Munro) o una novela (McEwan)? Claramente, no, pero tal vez sea una pena no usar este tipo de reconocimiento para incentivar la lectura de autores no suficientemente conocidos que posean sólidas trayectorias.
La canadiense Munro es una escritura elegante, capaz de poner el foco en gente corriente y situaciones cotidianas y construir con su verbo preciso una poderosa urdimbre, creando un delicado microcosmos que atesora un abanico inmenso de emociones, apenas insinuado. Su último libro publicado en España es su esplendida "Demasiada felicidad," una colección de diez relatos en que se asoma a la complejidad humana, retratando a mujeres fuertes.
Por su parte, el inglés McEwan es un escritor más de fuste, habilidosísimo en el uso de la ironía, azote de mojigatos, capaz de utilizar estructuras complejas y que luzcan con toda simplicidad. Todo su talento puede apreciarse comparando sus dos últimas novelas, la demoledora "Chesil Beach," llena de malentendidos y geografías asimétricas, y la divertidísima "Solar," una decidida apuesta por el humor británico más ácido y sarcástico.
Desde aquí, por tanto, animamos a los amables lectores de este blog a que se "mojen" y tomen partido, si estuviera en nuestras manos, ¿a quién elegiríamos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario